Mi lema es “la ciencia al servicio del alma”, porque la sanación es una decisión y un camino que se aprende a recorrer, el cual inicia desde el mismo momento en que nacemos. Después de muchas reflexiones, experiencias y aprendizajes en mi vida, comprendí que la medicina está al servicio de la ciencia, y la ciencia al servicio de algo mucho más grande que nosotros, los seres humanos. Es el alma (espíritu) la que nos conecta con esa inteligencia universal, una consciencia pura que nos vincula con la energía suprema del amor en nuestro corazón.

Todos llegamos a este mundo como espíritus encarnados en un cuerpo físico, con un alma individual y con un propósito claro: aprender lecciones de vida. La vida es una escuela de aprendizajes y la enfermedad, una expresión del alma que nos invita a sanar y a recorrer el camino de la sanación. En este trayecto, podemos avanzar solos o acompañados, con la guía y orientación de una sanadora y médica.

A esto me he dedicado: a acompañar los procesos de sanación, a despertar la consciencia en cada paciente y en cada ser humano que se acerca buscando un enfoque holístico de la medicina, que no solo trate su cuerpo, sino también su alma y su vida.